Expedición al B3. Budapest_Una práctica de turismo experimental

Acabo practicamente de volver de un viaje a Budapest, en el que me ha salido ser poco ortodoxa (turisticamente hablando). Ya llegué decidida a sacar ratos largos para poner en marcha varias prácticas del llamado Turismo Experimental. Si no sabes de lo que hablo, o aun te confundes con el turismo «experiencial», te aconsejo ponerte en situación leyendo este artículo sobre todas las modalidades del Turismo Experimental.

Bien, pues  una mañana, me basé en la práctica llamada «Expedición K2», que originalmente hace referencia al segundo pico más alto del mundo, en los Himalayas: el K2.

Aplicando este nombre, en este ejercicio en concreto localizariamos, en un mapa o atlas, la casilla K2, y se trataría de disfrutar exhaustivamente todas las atracciones culturales, lúdicas y gastronómicas de la zona/cuadrante.
Decidí, en una práctica experimental  doble, elegir el cuadrante  a escudriñar de mi mapa de Budapest tirando un dado sobre él. Lo de ir eligiendo tu día según salgan las opciones en el dado ( pares: hoy como carne, impares: pues no, hoy como pescado…y así con todo lo que se te ocurra), os lo cuento otro día.

Pues sobre el mapa que pillé del Hostel, tiré el dado, y el sector afortunado fue el B3, que correspondía con una zona del mapa bastante céntrica, por la que «había que pasar», pero por la que aun no había pasado, pues perfecto. No obstante, el famoso memorial de los zapatos a la orilla del Danubio, estaba en esa zona, y mi poco ortodoxo viaje no hubiese pasado pro allí de no ser por esta práctica. Total, que al final fue la misma experimentación la que me llevó a algunos lugares «típicos», y yo lo agradezco.

De aquel paseo mañanero, antes de tomar un crucerito por el Sena con buffet de comida húngara incluído, me saqué un pequeño librito con imágenes de los rincones, detalles y vistazos que me llamaron la atención. Incompleto porque este ejercicio llega hasta donde uno ponga el límite, ya que el escudriñe es infinito en sus matices si se dispone de tiempo. Y yo, contaba con tiempo, pero no con un infinito.
No lo he sacado para venderlo, solo para mi propio placer, el de tocar, oler y descansar la vista en papel. Pinchando en esta  imágen de la portada podeis descargar el libro en pdf para leer más tranquilamente de que va este asunto.

Para visualizarlo correctamente, aconsejo ir a «Ver»>»Presentación de página»> marcar dos opciones a la vez: «Dos en una» y «Mostrar portada en modo dos a una».

Y si no te lo quieres descargar, pues ya te pongo yo aquí lo importante: el manual de uso de esta práctica de turismo experimental, para que te lances tu también a darle un punto diferente a tus viajes.

Así quedaron algunas páginas, así quedó la observación.

La franja de hierba más bella del mundo.

 

El deterioro es una cuestión de confianza.

 

Farmacia y libros: Sanaciones.

 

Dudo mucho que pueda seguir viajando de una manera «típica», mi alma viajera pide ir unos pasos más allá, y no está pensando justamente en fiestas locas en islas tailandesas, ni en deportes de riesgo, ni en sobrevolar el salar de Uyuni en monopatines que vuelan, no.

Mi alma pide más, un más permanente e inquieto, y  ha descubierto que en el Turismo Experimental está la clave. ¡No pienso parar!.

* Si piensas que puede interesar o motivar a más gente, ¡comparte! 🙂

Viajad Viajad Malditos.

Sonsoles Lozano

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