Las pirámides de Gizah, Machu Pichu, el puente de Brooklyn y muchos lugares archiconocidos en el mundo, han sido reproducidos en imágenes hasta la saciedad y han terminado convertidos en iconos estáticos e inertes. En un momento dado dejan de ser lugares físicos con energía y vida propia, para ser simple y eternamente una forma enmarcada en una foto.
Tal como reconozco en mi entrada: Egipto_ Cairo_Siete años después, la visita a las pirámides no es lo que más me quedo del viaje a Egipto, pero sin duda me gustó descubrir alguno de sus secretos, que por cierto no se hayan dentro.
En primer lugar, en nuestra imaginación colectiva las pirámides siempre aparecen rodeadas de pura arena, pareciera que estuviesen en los confines del mundo, aisladas en mitad de un gran desierto, dandoles un aire de misterio por su aparente complocada accesibilidad. Nada más lejos de la realidad, o cierto es que se encuentran practicamente en la ciudad, a 18 Km del centro del Cairo. De hecho Gizah es el nombre del barrio del extrarradio, bastante feo y sin ninguna sustancia, por el que se accede a ellas. Estos carriles asfaltados que veis en la foto comunican con ellas y entre ellas. Y en un circuito cerrado, conectan también con la cercana esfinge, que vista desde atrás tiene forma de pene. Lo prometo.
Hay algunas fotos de las que te sientes orgullosa, y esta es una de ellas, cada vez que la veo no puedo evitar pensar que es una foto de la leche, aunque sea mía, y justamente porque es mía. Formato analógico, 35mm. Esta perspectiva desacostumbrada de las pirámides de Gizah, que rompe totalmente nuestra imaginación colectiva, ¡me encanta!. Para rematar y alegría de los conspirativos, notese que aparece una especie de platillo volante en forma de nube junto a la pirámide de la derecha.
A la izquierda de la cara del burro….la esfinge desde atrás. Cortico y regordete.
Viajad viajad malditos.
Sonsoles Lozano
OLE! Muy buena foto maestra jejeje :O
Muchas gracias guapetona!! 🙂