Esta entrada es la continuación de «Una atea en el Camino de Santiago».
Aún es de noche y un silbido fantasmal recorre los anchos pasillos del Albergue municipal de Oviedo- esa mezcla entre seminario franquista, hotel de «El resplandor» y cárcel de postguerra-. Nadie se mueve ni se escucha, pero el ritmo que tengo impreso del Camino Francés me hace saltar de la cama y ponerme en marcha. Son las 5 y media de la madrugada. El ritual diario de ir al baño y de untarme los pies de vaselina, esta vez en la más completa soledad, se me hace muy muy extraño, acostumbrada a ese jaleo y zumbido constante que supone el Camino francés. Tengo el baño para mí sola, y eso es ni mal ni bien, es raro.
Estampas con mensaje del camino primitivo.
Tenía entendido que desde la catedral de Oviedo hay un cartel en el suelo que indica el camino del Norte y el primitivo, y que las conchas de bronce situadas en el suelo- como ÚNICA indicación- me llevarían hasta la salida de la ciudad. Ni vi el cartel -quizá es que estaba todavía dormida y era aun casi de noche-, y lo de las cochas me volvió loca. Casi 2 horas tardé en salir de Oviedo. Un llamamiento al ayuntamiento: no estaría de más poner conchas a menor distancia las unas de las otras, particularmente en los cruces, pases de semáforos y esquinas. También se agradecería alguna flechita amarilla o tipo señalización vertical. Pero en fin, no voy a armar ahora el circo por 4 conchas, mucho menos cuando la recompensa al esfuerzo es ese verde clorofílico e hiper fluor que sólo tiene Asturias. Atención importante: en Asturias las conchas van al revés que en el resto de provincias. Como al revés?. Si, al revés. No hay que seguir la dirección de los rayos cósmicos de la concha, sino la base de ella. ¿Por que? Pues porque los astures son así de guays. No, ahora en serio. Me contaron que se decidió- exclusivamente en territorio astur- que en la base de la concha es donde van a confluir los «rayos» de la concha, como todos los caminos que daban a parar a Santiago. Visto así, tiene sentido, pero lo cierto es que es un poco liada al principio. Y calla, que cuando cruzas a Galicia se invierten de nuevo. Hay por ahi un tramo en las cercanias de Grandes de Salime que hay que andar con ojo. Aunque a esas alturas, ya habremos encontrado un amigo alemán u holandés, que tenga una super App que te da descargas electricas cada vez que te sales de ruta…o algo similar. Fijo!
Dirección de las conchas en Asturias.
Dirección en el resto del mundo conocido.
Me di cuenta de entrada, que aquí había más gente caminando sola que en grupo, y que muchas de esas personas- luego mis sospechas fueron confirmadas sobre el terreno- estaban más «engorilados» con el aspecto deportivo de la cuestión. Montañeros de pro y rompe-piernas curtidos dispuestos a comerse el paraíso, pero también solitarios empedernidos huyendo del tropel del camino francés.
Nada más comenzar a andar, rumbo a Grado, la humedad entre la vegetación se hace notar y lo agradezco viniendo como venía de esa estepa castellana que no perdona ni la vida de los caracoles; y un penetrante olor a mierd…-perdón a abono- que me acompañaría hasta la mismita Plaza del Obradoiro, se instala comodamente en mis fosas nasales. Mis gemelos se acomodan bien a ese sube y baja constante que es el Camino Primitivo de Santiago, la única ampolla que me hice en el camino francés resiste como Leonardo Di Caprio en el Titanic: de mala manera; pero a diferencia de él, lograría sobrevivir y recuperarse.
A ver, para no alargarme en detalles, resumiré que el nuevo albergue de Grado , me pareció fantastico. Bajo donación y con tu merienda con galletitas incluídas. La simpatía de las dos hospitaleras voluntarias holandesas fue gratis. Allí concidí, del tirón, con 3 andaluzas. Toda la gente del sur que no me había encontrado en el camino francés estaba allí reunida, se entiende que el tema de las sequías nos ha traumatizado desde pequeñas y ahora no queremos más que verde, que de secarrales ya sabemos nosotros un montón.
Siguiendo con el tema albergues, tengo que nombrar el Palacio de Meras, el mejor albergue de todos todos. Un hotel de 4 estrellazas en Tineo, con un ala para peregrinos, a 10 euros, con derecho, entre 5 y 7 de la tarde, a baño turco y sauna. Cuidados que no me vinieron nada mal, tras sufrir el impacto brutal de Casa Pachon….
Casa pachón. Historia de un crimen culinario, pero del bueno.
Voy a intentar resumir la cuestión en un diálogo
Yo: Que tienes de menú?
Hermano Pachon, Juan Pachonín:
Sopa de ajo
Garbanzos con chorizo
Fabada
Guiso de patatas con costillas de cerdo
Escalopines con salsa de cabrales
Codillo
Postre y jarra de bebida.
Yo: ¿cuales son los primeros y cuales los segundos?
Hermano Pachon: Todos. Es menú degustacion. Te saco los potes y te sirves lo que quieras. Son 12 euros.
Sí te dicen que los andaluces somos exagerados es que no conocen Casa Pachon en Asturies. No he visto algo más embrutecido en mi vida. Unos chicos que vinieron luego y se sentaron en la mesa de al lado pidieron un platito de patatas. Y lo que salió fue una fuente junto a un codillo entero-«para acompañar»- que dijo Pachonín. Palabrita que existe, si alguien lo ha vivido que lo confirme por favor, porque a veces creo que fue un sueño.

Aunque pasé ratos con gentes, buenas gentes, también pasé voluntariamente muchos momentos en soledad, hablando con cada caballo, oveja, vaca y perrito que me encontraba. En mi primera etapa del primitivo cambié las personas por los animales. El contacto con el mundo animal es algo que me fascina. Aun cuando pensaba que aquel caballo me daba su cariño, poniendo su quijada sobre mi hombro en un abrazo ecuestre, y justo cuando yo comenzaba a sentirme la mujer que susurraba a los caballos, escuché un ruidito que me hizo girarme y darme cuenta que era una posición estratégica para zamparse mi jersey empezando por el cuello. Que la lana es apetitosa ya se sabe. No se lo tuve en cuenta.
O cuando creía que un grupo de ovejas me seguía cuando andaba, y se paraban cuando me detenía, cual flautista primitiva de Amelín. Y luego descubrí que en realidad me seguían de cerca protegiendo a sus crías, pura ley de la selva. Tampoco lo tuve en cuenta, no rompamos la magia.
Entonces vino la lluvia por 3 días, el precio a pagar por ese verde obsceno que me rodeaba. No pude hacer una de las etapas que más me apetecía: hospitales. A pesar de mis ganas, le iba preguntando a los paisanos, que son los que más conocen su terreno, y todos me dieron la misma indicación: no iba a ver nada el paisaje y corría el riesgo de perderme porque también había niebla allí arriba. Ya me iba haciendo el cuerpo a que no iba a ser aquella la ocasión, cuando me resbalé en una pendiente abajo, deslizándome por el barro. Caí boca arriba, sobre el peso de mi mochila cual t0rtuga patas arriba. Fue un momento de catarsis: completamente embarrada, sin nada roto pero con una pierna totalmente raspada y empapada hasta los huesos.
Asturias gris y verde.
La cosa es que en el momento, mientras me caían chorros de agua directamente a la cara, me dio un ataque de risa tonta. Pero cuando llegué chapoteando dentro de las barcas que eran mis zapatos de trekking al albegue de Campiello o Borres- no recuerdo, porque era mejor olvidarlo…-, supe que para el día siguiente mis zapatos no estarían secos, y me dio como un frío por el alma y un bajón existencial y una cosa mala, que opté por utilizar el comodín de la llamada!
Atención, los peregrinos más ortodoxos que se salten esta parte, puede herir sensibilidades, quedan avisados.
Yo: Prima, ven a recogerme anda. Me he caído y tengo los zapatos mojaditos, no he podido subir a hospitales y encima este albergue es una mierda. Tengo bajona…y la bajona no perdona.
Natalia: En una hora y media estoy alli.
Mi querida compañera de viajes por el mundo, Natalia, asturiana de pro y hospitalera en el Albergue de castro de Grandes de Salime, vino al rescate y me adelantó en coche 2 etapas y medias por la cara. ¿Que como me siento? De escándalo. ¿Que si no me da vergüenza contarlo? Vergüenza de robar, que diría mi madre.
¿Como va a ser lo mismo estar pocha innecesariamente, que estar con una de mis mejores amigas escanciándome culines de sidra? El automasoquismo pá quien le guste, que de todo hay en la viña del señor. Yo es que soy andaluza, tuve esa suerte.
La idea inicial con Natalia era que ibamos a pasear en su lancha por el embalse gigante- puro fiordo noruego en Asturias- que hay en la zona, pero la lluvía nos fastidió también la lancha. Todo no se puede. Aun así estuve por la zona tres días en su casona de campo, recuperando fuerzas y poniéndonos al día, que buena falta nos hacía.
En el pueblo de Natalia son 3 vecinos, yo fui la cuarta, y esta era mi primera imágen cada mañana.
Recogiendo gisantes del huerto.
Explorado por la zona recogí estas estampas a las que llamo #ruralove. Fueron tres días de peregrinaje alternativo y relajado que me viniero la mar de bien.
#Ruralove
Proseguí mi camino y llegué a Lugo, donde todo el mundo estaba vestido de romano por la cara, bueno por la cara no, celebran Arde Lucus que rememora la pacífica convivencia entre castreños y romanos. Vi una lucha de gladiadores, comí pulpo feira, presencié bodas romanas y paseé por las preciosas murallas de la ciudad. Fantástico!.
Aquí se ve más bien un puñao de romanos conviviendo con gente del S. XXI.
El albergue de Lugo fue el primero gallego en el que dormí, ya me di cuenta que el tema del Camino gestionado por la Xunta tomaba un aire burocrático: ventanillas como de oficina de hacienda para presentar la credencial, tickets con el sello de la Xunta y un personal tan servicial como frío. Esto tendría su colofón final en Santiago, en las oficinas para recoger la compostelan, donde tras haber andando 65 km en una etapa final trepidante, me dicen de no muy buenas formas que si tengo que tomar número, que no me pase de la línea, que si es que no veo la pantalla o qué. Bienvenida peregrina! En fin, que Santiago me parece la peor ciudad de recepción de peregrinos es un hecho, que no me va a amargar el caracter ni el camino…también! 🙂
Lo mejor a nivel humano del camino primitivo vendría tras Lugo y ya hasta Santiago, cortito pero intenso. Ahí conocí al holandés Lucas, apodado «piernas largas» por esta andaluza. Él, que hablaba tan bien español como para hacer juegos de palabras y bromas ingeniosas, me respondía llamándome «flipada de camino». Lucas aprendió la palabra flipar y todas sus variantes, y andaba flipado con el verbo flipar. Nuestro grupo de Wassap ahora se llama El camino flipado. Lucas lo abrió, obvio. Lo conocí de la mano de Kevin, un chico catalán super sensible y muy cercano al mundo de las energías, que hacía Reiki. Una mañana los vi charlando por la carretera, muy poéticos ellos, entre la bruma, me uní a la conversación, y en los siguientes días casi no nos separamos.
Energías en la bruma.
Kevin Reiki y Piernas Largas.
Entonces llegó el ultimo tramo, una locura vital de la que salimos ilesos porque Santiago quiso. Llegamos, tras recorrer 25 km a Ribadiso, donde un hermoso río con agua helada nos da la bienvenida. Allí me reuní con mi querida Paula del camino francés y con Albert, un chico gallego muy simpático. A mitad de la tarde, ya relajados, con el albergue pagado, el saco desplegado sobre la litera, la ducha pegada y la ropa interior secándose en el tendedero. Con unos tintos de verano de más y unos cigarritos del sur, estas tres patas pa un banco , estos tres locos espontaneos que Dios creo y ellos se juntaron decidieron en un ataque de exaltación inconsciente seguir la marcha y llegar de una vez por todas a Santiago…caminando de noche. Resultado: un albergue en estado de shock al vernos salir, 6 euros a la basura, total de 65km andados , frontales por el bosque, excitanción entre la oscuridad de los árboles, empanada regalada por una paisana de madrugada y estado catatónico al llegar al la Pz. del Obradoiro a las 7 de la mañana solita para nosotros. Una locura que nos costó alguna que otra maldición subiendo al Monte do Gouzo- que ya para mí es el Monte do tortura- y la satisfacción de superar un reto super dificil. Somos los reyes del mundo! Albert y Paula por siempre in my heart. Porque lo que no se haga en vida no se hará nunca en la muerte. Carpe Diem.
Ni fuerza tuvimos para hacernos una fotico de pie a la llegada.
Muchas personas nos comentaron que el camino siempre te acompaña tras hacerlo, que en realidad el camino empieza despues de hacerlo, ¡que sabía yo de lo que hablaban!.
De principio a fin, mi camino de santiago primitivo, ha sido intenso, lleno de amor y de lecciones. Me decían que el camino engancha. Pero nadie me dijo que pueda cambiar tanto el corazón de una persona. Quizá no lo cambió tanto, tan sólo ha sacado lo mejor de mi, lo mejor de cada uno; y esto es un acontecimiento que, en los tiempos que corren, debe ser considerado como un milagro.
Esta entrada es la continuación de «Una atea en el Camino de Santiago frances».
Buen camino!
Sonsoles Lozano.