Hoy os comparto una pequeña, minúscula, muestra de arte urbano en Napoles. Paseando sin ninguna pretensión ni prisa encontré alguna esquina que me hizo sonreir cuanto mínimo.
Lo primero que me llama la atención es la casi exclusividad de la temática religiosa, lo cual tiene todo su «aquel» en un país como Italia. Napoles, para más señas, es testigo anual del milagro de San Genaro: la licuefacción de la sangre del santo. Este evento, junto a la presencia constante y guardiana del volcán Vesubio marcan el carácter de la ciudad.
No es de extrañar que las muestras estén orientadas a exaltar, criticar o simplemente mostrar la enorme presencia de la religión en la vida cotidiana napolitana.
Belleza sobre los tejados.
Napoles amaneció lluviosa, el día quiso acompañar mi descubrimiento de este mural cuya melancolico y bello. Obra de Zilda, al que llaman «street artist rinascimentale». Es simplemente maravilloso.
Shhhh….»Respeten el descanso de los muertos»
Desde que estudié un Erasmus en Sicilia hace ya muchos años, y en Catania descubrí «shockeada» las esquelas mortuorias empapelando las calles, al mismo nivel que los anuncios de cualquier concierto, Italia ha ido de sorpresa en sorpresa para mí. Esta comunicación del arte con la tradición, este diálogo callado entre el artista y doña Ángela Esposito…es sublime.
BANKSY….¡y ya nos morimos!
Sí…tu ojo no miente…sí, ¡¡es un Banksy en mitad de Napoles!!
En el tour sobre arte urbano que realizo en Berlín, todo el mundo pretende ver al menos un Banksy, cuando les cuento que los muros donde se encontraban en el barrio de Mitte, fueron arrancados de raíz, la decepción no se hace esperar. Para quien no lo sepa…Banksy es un artista urbano, británico, cuya fama se debe tanto a su indudable genialidad, como al hecho de haber creado en torno a él un aura de misterio. Nadie sabe cual es la cara de Banksy, ni siquiera los que acudimos a la premier de documental » Exit through the gift shop» esperando resolver algún misterio..nos quedamos con las ganas. Se dice que el mismo Banksy dirigió este «falso» documental sobre él mismo, y que se encontraba escondido entre el público aquel día en la berlinale.
Bueno…nadie lo conoce excepto el vendedor de la tienda de antigüedades, el cual nos juró y perjuró, a mi amigo Peña y a mi, que había hablado con él y que le había pintado algún retablo en exclusiva para él.
Y este no sigue la misma linea, ni se de quien pueda ser, pero bajando las escaleras van mi querido Carlos «Peñivirí» y su chica Marina, que me acojieron en su casa y me llevaron a comer comida muy rica. ¡Son dos paladares como hay pocos!
Por cierto y hablando de comida, si vais a Napoles y al tercer día os cansáis de la clásica pizza Margarita, recomiendo la mejore arrocería de la ciudad: Milagros gastobar. No solo es un placer comer calidad y a precios asequibles, también la alegría de encontrar un acento español ( leonés) fuera de nuestro país. No os vais a arrepentir.
Viajad viajad malditos.
Son.