A estas alturas del viaje, ya teniamos muchas ganas de llegar al Cañon del Colca desde Arequipa . El Colca es, oficialmente, el segundo cañón mas profundo del mundo, llegando a alcanzar los 4.160 m de profundidad. Una vez allí, nos dijeron que según las últimas mediciones era ya el primero, por delante del de Yarlung Tsangpo en China; ¿ quien sabe? Lo que es seguro es que es «mú profundo» y que había que bajar «una pechá», y luego subirla…
Pero me estoy adelantando. Aún estamos en el autobús recién salidas de Arequipa, la distancia es de 160 km y el trayecto dura 3 1/2 hr. Hay que cruzar la Reserva de Salinas y Aguada Blanca, subiendo hasta 4910 msnm, para luego ir descendiendo hasta Chivay. Estaba expectante por el tema del sorocho, -el mal del altura-, pero como os comentaba en la anterior entrada sobre Arequipa íbamos bien preparadas. Infusiones de hojas de coca, y una tabletitas de «sorochí» para por si acaso.
Una vez en la carretera y antes de comenzar a subir, tragamos un poquito más de polvo, algo a lo que yo me estaba acostumbrando, pero mis ojos no. También me empezaba a acostumbrar a ver bultos, bolsas, bartulos, macutos que tiraban de gente en vez de al contrario, todo el tiempo y por todos sitios. ¡Que dura la vida cotidiana de estas gentes!
Respecto a las representaciones religiosas, ya es algo que tenía asumido tras varios viajes por Latino América. Desde luego, cuando ahora veo una camiseta que pone » Jesuscristo vive» o » Jesús for president» en kitad de una elecciones generales de un país, ya no sonrío sarcástica. Ahora todo me parece antropologicamente fascinante. 🙂
Y comenzamos a ver montañas y la carretera que a lo lejos empezaba a dibujar serpientes, mientras dejábamos atrás estas «urbanizaciones».
Urbanización a las afueras de Arequipa.
Llegamos al punto álgido: 4910 msnm, e hicimos una parada en una planicie donde el viento soplaba con mucha fuerza. Varias estructuras para guarecerse y donde vendían comida y repuestos para los camiones y autobuses. Ahí se subieron varias personas indígenas, y así tuve la oportunidad de charlar un poquito con Rosana, luego os la presento mejor.
Hay muchos lugares en Perú con carteles prohibiendo orinar en la calle bajo pena de multa. Se ve que es una práctica habitual…
Pis y viento…blanco y en botella. ¡Cuidadín!
Otra cosa que comenzamos a notar, era el cambio en la vestimenta de la población. A partir de aquí el gorro y las calcetas de lana gorda, tanto de día como de noche, fueron un «must». Entiendo que por la noche hace un frío de morirse debido a la altura. Pero por el día, cuando pega ese sol de justicia, y ahí las ves a ellas con sus gorros de lana, y los bebes enrrollados en mantas y chaquetas de lana gorda como si fuesen envasados al vacío, sudando si tienen que sudar… No entendí el concepto, la verdad.
Otro detalle en el que me fijé, a estas alturas y con este viento que brisa hasta las ingles, es que toda la población que vive a esta altura tiene las mejillas completamente quemadas desde que son niños y niñas. Aquí una ONG del tipo «Cremas sin frontera» sería mucho mas útil que cualquier otra 🙂
Y tras esta parada, nos adentramos en uno de los parajes más bonitos que he visto nunca: la Reserva natural Salinas y Aguada Blanca. Un paisaje precioso de alta montaña, mezcla de tundra y desierto, con multitud de volcanes y picos nevados alrededor…¿ Quien da más?
No lo parece, pero son volcanes al fondo del valle.
Bosque de piedras en el Mirador de los Volcanes.
* Todo el trayecto es un mirador de volcanes.
Y entonces vimos las primeras alpacas del viaje, luego veríamos muchas más. Se parece a nuestras ovejas pero son como más redonditas. A lo lejos vimos vicuñas que no pude retratar desde el bus, estas se parecen a Bamby. Y luego están las llamas que solo recuerdo en Machu Pichu. Son las tres especies animales mas populares de la reserva ,y me atrevería a decir que de todo los Andes.
Y mientras tanto, en este trayecto al cañón del Colca desde Arequipa, daba tiempo a que Rosana se sentara a mi lado, a que se emocionara con una película de acción muy mala que ponían en la tele del bus, a que habláramos un rato como podíamos en un español atenuado y que apenas salía de los labios semicerrados de aquella mujer…hasta que se quedó dormida en mi hombro, y me dió tanta risa como ternura.
Estación de Chivay.
Nada mas llegar a Chivay, ayudé a una niña con sus dos alpaquitas que se le escapaban por falta de manos y andaba la pobre un poco desesperada por el mercado. Pero esa es otra historia, la de Chivay, y merece entrada aparte. 😉
Cómo llegar al Cañon del Colca desde Arequipa:
Desde la Terminal Terrestre de Arequipa
Bus Arequipa-Chivay ( y/o Cabanaconde): 13 soles ( 3,50 € +-). Duración: 3 1/2 hr. Yo usé la compañía «Andalucia», pero hay varias.