Si Berlín se caracteriza por algo, es por no ser una ciudad “típica” ni habitual, menos mal! Así que os voy a contar las 5 cosas más diferentes, que desde mi punto de vista hispano, podéis hacer en Berlín.
Tener una parcela con huerto urbano en el aeropuerto de Tempelhof.
Este enorme aeropuerto, que fue cerrado al tráfico de pasajeros hace unos años, se convirtió en un inmenso parque de recreo, votado por referendum popular. A quien llevase más de tres años viviendo en la ciudad, se le permitía acudir a las urnas, así que allí estaba yo la primera. Se ofrecían dos proyectos: la construccion de unos edificios muy modernos: bibliotecas, edificios gubernamentales, etc…, O parque de recreo libre y anárquico. Los berlineses no defraudan nunca: ¡Parque!.
Sin duda lo más peculiar en este aeropuerto/parque, es la posibilidad de alquilar -a precios muy bajos- metros de parcela para crear tu propio huerto urbano. Alrededor de tu huerto puedes construir mesa, bancos, decorarlo a tu gusto, y todo lo que necesites para pasar un verano en tu propia parcela al aire libre.
Explorar lugares abandonados
Como consecuencia de la caída del muro de Berlín, muchos lugares, principalmente fábricas y bloques de pisos soviéticos, quedaron totalmente abandonados en el antiguo Berlín comunista. Hoy en día, quedan muchos de estos fantasmagóricos lugares, sobre todo viejas fábricas: la de las cervezas Bärenquell, el hospital de Beelitz, el complejo militar de Krampnitz y o la estación radio espía norteamericana de Teufelsberg. Explorarlos es un viajazo y un deber en Berlín.
Darte un baño en una piscina en mitad del canal principal
Hay una zona bastante espectacular, que se sitúa entre el Oberbaumbrücke- uno de los puentes más bonitos de Berlín sobre el río Spree- y el llamativo “hombre molecular”, una escultura sobre el agua del artista Jonathan Borofsky. Este lugar es el popular “Badeschiff”, una piscina encajonada justamente sobre el ancho río y desde la que se contempla una hermosa perspectiva, además de generar la sensación de flotar directamente sobre el Spree.
Visitar túneles y bunkers subterraneos.
Es sabido que el Berlín es como un queso gruyere, que por su subsuelo discurren una inmensa red de túneles, bunkers y refugios antiaéreos. Es lo que tiene haber sido escenario del final de la segunda guerra mundial, para posteriormente convertirse en una ciudad dividida en la que muchos intentaron huir del este al oeste por túneles subterráneos. Hoy en día, podemos recorrer una gran parte de ese “queso” de las mano de Berliner Unterwelten, encargada del mantenimiento de esta infraciudad.
Amasar una pequeña fortuna con la recogida de botellas.
En cada supermercado encontramos una máquina de reciclaje de botellas, que introduces por una boca de agujero y te va contabilizando: las de vidrio 0,8 ct, las de plástico de cualquier tamaño 0,25 ct. Con ese ticket puedes comprar comida o te reembolsan en efectivo en caja. Algunas personas se lo toman como una actividad para ir sacando los gastos más cotidianos, otras más profesionales, por ejemplo “The king of Bottle”, lo toman como un trabajo de jornada completa. Yo he hechado cuentas para julio y agosto, cuando los parque están a rebosar, y me salen unos números muy decentes nivel ejecutivo. ¿Te animas?.
Sonsoles Lozano.
Si quieres que te contemos más cosillas, lo propio es hacerlo directamente sobre el terreno. Te animo a que eches un vistazo a nuestros tours privados en la ciudad y nos preguntes lo que quieras sin compromisos ni vergüenzas. 🙂